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Mejor Educación para todos

 “Educación, Inclusiva, Gratuita y de Calidad”

INCLÚYEME

Existen ejemplos excelentes de la inclusión exitosa en cada región del mundo, pero los sistemas chilenos todavía excluyen a nuestros hijos en situación de discapacidad.

Muchos niños con discapacidad se quedan en casa, al cuidado de sus familias, otros asisten a establecimientos que tienen un curriculum asistencialista (escuela especial, salvo honrosas excepciones), y establecimientos de educación regular Con Pie modalidad 3 y 4  sin certificación equivalente a su egreso, impidiéndoles acceder al empleo con apoyo en la empresa ordinaria, lesionando gravemente su futuro. No existe obligatoriedad de escolarización para nuestros niños y jóvenes.

 “Ir a la escuela es uno de los pocos ritos de paso comunes en los países del mundo entero. En la escuela es donde aprendemos Democracia, donde aprendemos las habilidades que nos preparan para asumir nuestras responsabilidades como adultos, la escuela es donde aprendemos las normas que rigen nuestro País.

 

 ”El Artículo 26 (Declaración universal de derechos humanos) dice: “La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales; favorecerá la comprensión, la tolerancia y la amistad entre todas las naciones y todos los grupos étnicos o religiosos, y promoverá el desarrollo de las actividades de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz.

 

 

 

 Los principios y derechos primordiales contenidos en la Convención Internacional de los Derechos de las Personas con Discapacidad(ratificada por Chile el 2008) OBLIGA A RECONOCER a nivel constitucional su calidad de sujeto de derechos y al mismo tiempo comprender que la discapacidad es un concepto que evoluciona y que resulta de la interacción entre las personas con deficiencias y las barreras que surgen del entorno o de la actitud que evitan su participación plena y efectiva en la sociedad, en igualdad de condiciones con las demás, lo cual demanda condiciones mínimas y necesarias para su inclusión social, condiciones mínimas que en Chile están obsoletas o al borde de la inexistencia y que evidencian la necesidad de incorporar en el acervo valórico de esta reforma educacional la obligación del Estado de velar especialmente por la inclusión de las personas con discapacidad EN EL SISTEMA EDUCATIVO REGULAR.

La convención   PROHÍBE la discriminación contra cualquier persona por razón de su discapacidad, esto constituye una vulneración de la dignidad y el valor inherentes del ser humano. En Chile existen dos tipos de educación, Regular y Especial, siendo claramente una discriminación al no compartir un curriculum con diseño universal de aprendizaje y estar apartado del resto de los alumnos, de sus hermanos, de su entorno, del mundo real.

Uno de los argumentos que se sostienen para seguir justificando la existencia de dos tipos de educación es que no es posible satisfacer las necesidades de todos los niños con discapacidad en el sistema de educación ordinario; no es fiscalmente viable. Sin embargo, un estudio de la OCDE (1994) concluyó que incluir a los niños con discapacidad en las aulas ordinarias es de siete a nueve veces menos costoso que mantener un sistema separado. Tener instalaciones, administración, formación de maestros, etc. separadas es un planteamiento mucho más costos.

El significado del artículo 24 de la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad es irrefutable y Chile no está cumpliendo con su compromiso en esta reforma educacional.-

Por otro lado, desde la perspectiva de los estudiantes en condiciones de discapacidad, la primera necesidad que surge es contar con un diagnóstico situacional de los afectados. Lamentablemente, no tenemos actualizada la estadística. Urge entonces saber dónde, cuántos y en qué condiciones están las personas con discapacidad en el país. Sólo podemos mencionar la Encuesta Nacional de Discapacidad (ENDISC) realizada por el Instituto Nacional de Estadísticas y el Fondo Nacional de la Discapacidad (Fonadis) en 2004, la cual señala que en torno al acceso a la educación, sólo el 8,48% estudia y el 91,52%  no lo hace, ni ha tenido la oportunidad de llegar a las aulas. Estas cifras obedecen a una población de 2.068.072 de personas con discapacidad y a un universo nacional de 15.998.873 chilenos. Más de una década después el censo debe ser actualizado lo antes posible, si lo que se pretende es formular una política inclusiva, focalizada, oportuna y con la seriedad que amerita y que demanda la sociedad chilena.(Gina Basso 2014.

  1. Nuestra propuesta: 15% de acceso garantizado de alumnos en situación de discapacidad.
  2. Obligatoriedad en la educación para alumnos en situación de discapacidad.
  3. Certificación equivalente 4to medio, PIE Modalidad 3 y 4 y escuela especial, a la fecha.-
  4. Diseño Universal curricular educación regular y especial
  5. Ajustes razonables, ingreso permanencia y egreso.

6. Establecer una “Asociación para la Educación Inclusiva “a nivel nacional, estatal  con representantes del gobierno, pedagogos y la sociedad civil.

 7. Desarrollar y aplicar planes para la Educación Inclusiva a nivel nacional y estatal centrados en:

 

Legislación para la inclusión y la no discriminación así como también directrices para la provisión de “ajustes razonables”

Garantizar que el departamento de educación del gobierno sea responsable de la educación de todos los niños, incluidos los en situación de discapacidad.

Identificar a los niños con discapacidad así como el acceso, la calidad y los resultados de la educación.

Formación de maestros Suministro de apoyos Instalaciones accesibles Transiciones Sistema de quejas sobre derechos humano

 

8.- Escuelas Bilingües (comunidad sorda)

9.-Marco regulador educación inclusiva, para establecimientos públicos y privados, independientemente de su proyecto educativo.

10. Terminar con los PIE, alumnos 100% en sala, con ajustes razonables.

 En los concursos de selección de directores y equipos de gestión para establecimientos educacionales, independiente de su naturaleza, estos deberían tener formación en "atención a la diversidad", o "educación inclusiva", para ir garantizando progresivamente el cambio de mirada frente a la realidad de la inclusión. 

 

No se vislumbran aún serias intenciones de abordar este proceso en lo que respecta a los que denominamos alumnos y alumnas con “Necesidades Educativas Especiales transitorias y permanentes”.